jueves, 30 de octubre de 2014

PLAN XVII: El gran fracaso del ejército francés

El Plan XVII fue el nombre que se le dio a un plan de guerra que fue adoptado por el estado militar de Francia en 1913 para que el Ejército francés lo ejecutase ante un supuesto estallido de guerra entre Francia y el Imperio alemán.

Esta estrategia militar de Francia en la 1ª Guerra Mundial fue creada por Ferdinand Foch. El plan consistía en usar la fuerza bruta y una creencia en el espíritu de lucha para que las ofensivas militares tuvieran éxito. La pérdida de las provincias de Alsacia y Lorena ante el Imperio Alemán en 1871 había creado un ambiente de tensión y de nerviosismo en el seno del ejército francés, por lo que uno de los principales objetivos del Plan XVII fue recuperar estas provincias.

El general francés Joseph Joffre adoptó este plan cuando ocupó el cargo de comandante, fijando este proyecto como una herramienta ofensiva y no esperó el avance alemán. En este apartado el Plan hablaba de que cuatro ejércitos franceses avanzarían por los dos lados de las localidades de Metz y de Thionville, para atacar el punto central alemán y

entrar en Lorena, dejando a los alemanes en un modo defensivo. Esta situación dejaba a Francia con un sólo ejército disponible para defender el norte de Francia y la frontera franco-belga. 
La idea de dejar casi sin defender la frontera franco-belga fue idea de los altos oficiales franceses que creían que el Imperio Alemán nunca invadiría Francia a través de Bélgica, pues esto conllevaría a la participación militar británica en el conflicto, ya que en el Tratado de Londres (1839) Reino Unido había garantizado la neutralidad militar del territorio belga.

Desgraciadamente para Francia, los alemanes elaboraron el Plan Schlieffen, plan que se basaba en un ataque intensivo a través de Bélgica, alcanzando el norte de Francia para lanzar un golpe decisivo en París antes de que el Imperio Ruso pudiera apoyar a su aliado francés en el este de la ciudad. Gran parte de los jefes militares alemanes consideraron inefactible acabar con la neutralidad belga y dudaban que Gran Bretaña interviniera en una guerra contra Alemania.

Cuando la guerra estalló en 1914, la ejecución del Plan XVII terminó en un total fracaso, ya que las múltiples ofensivas francesas habían infravalorado el número real de tropas alemanas. La defensa alemana en la Alsacia-Lorena fue muchísimo más efectiva de lo que se podía esperar, y en cuestión de algunas semanas, las unidades francesas habían regresado a sus posiciones iniciales; y por otro lado las tropas alemanas estaban avanzando por Bélgica y el norte de Francia casi sin rivalidad debido a la carencia de tropas en aquella zona y en Agosto de 1914 estaba amenazando la ciudad de Paris.

martes, 21 de octubre de 2014

ROMA IV: Los logros de la ingeniería romana. Las calzadas

Los romanos no fueron la primera civilización que construyó carreteras, pero no tienen rival en cuanto a la extensión de su red de calzadas y a la sofisticación de sus técnicas constructivas. Las calzadas romanas no fueron mejoradas hasta la invención del pavimento de macadán en el siglo XIX, y muchas de las rutas que ellos abrieron siguen formando la base de las carreteras que utilizamos hoy en día. Los romanos aprendieron el arte de hacer carreteras de los etruscos y de los griegos. Al principio la mayoría de ellas eran a pequeña escala y en centros urbanos.
La red de calzadas romanas en el Imperio

En el año 312 a.C. se construyó la primera calzada romana importante, que unía Roma con la ciudad de Capua en el sur. Fue llamada Via Appia en honor del censor Apio Claudio, que ordenó su construcción. Al principio sirvió para reforzar el enlace entre Roma y Capua, su aliada en la segunda guerra contra la tribu samnita, pero más tarde la calzada abrió el camino a al hegemonía romana y a su expansión por la Campania.

Tras derrotar a los samnitas, los romanos empezaron a dominar la región estableciendo colonias y forjando alianzas con las ciudades-estado independientes de la Campania. Una vez los romanos hubieron penetrado más al sur, la Via Apia fue ampliada más allá de Capua hasta la cercana Beneventum, donde se fundó una colonia romana en el lugar de un antiguo enclave.
La Via Appia, en Roma

A principios del siglo III a.C. los romanos avanzaron más hacia el sur, amenazando a las ciudades-estado griegas de la costa. La Via Apia demostró ser una ruta esencial para el avituallamiento del ejército romano en las guerras pírricas contra los griegos. Una vez derrotados los griegos en el año 275 a.C., la Via Apia fue ampliada hasta Brundisium, en la costa suroeste. Desde allí se podían realizar travesías por mar hasta Grecia.

Tras la construcción de la Via Apia los romanos siguieron abriendo caminos que cruzaban su creciente Imperio. Básicamente los construían por motivos militares, es decir, para transportar tropas y suministros al frente o a lugares problemáticos en los territorios ocupados por Roma. Como las calzadas se trazaban pensando en las marchas de los soldados, las construían muy anchas y directas.
Con el tiempo esto se fue convirtiendo en una gran red de calzadas que cruzaba todo el Imperio y que unía ciudades tan lejanas como Lugdunum (Lyon), en la Galia, con Cartago, en el norte de África. Incluso Britania, separada del resto del Imperio por el mar, tuvo su sistema de calzadas romanas. Roma era el centro de esta inmensa red de comunicaciones, lo que dio pie a la frase “todos los caminos llevan a Roma”.


David Asensio Caramés

sábado, 18 de octubre de 2014

ANTROPOLOGÍA: Una pequeña reflexión sobre los chamanes de los subgrupos de tlingit

Máscara chilkat. Tlingit Alaska.
Madera tallada, pintada y con dientes de nutria.
Museum für Völkerkunde, Berlín.


 
Los distintos subgrupos tlingit, que habitan Alaska, comparten la mayoría de los rasgos de las culturas de la Costa Noroeste.

Entre sus representaciones simbólicas encontramos una impresionante máscara chilkat, la cual por sus características pertenecía a un chamán.  Las mejillas están adornadas con ventosas de pulpo para mostrar su poder sobrenatural. Y en la parte superior, tallada en forma de corona, aparecen las figuras de los mediadores espirituales (yeks).

En toda el área no hay sistemas articulados de creencias, ni agrupaciones de especialistas religiosos (sacerdotes). Pero cada grupo posee distintos mitos que explican el orden del cosmos, los inicios de la humanidad y el establecimiento del universo moral: generosidad, reciprocidad, sacrificio.

El chamán se ocupa de preservar y trasmitir los mitos y narraciones tradicionales, y desempeña tareas directivas y de control de los rituales. Pero sus funciones son, incluso, más amplias: curación, visión adivinatoria, control del clima, domesticación de los animales…

De forma complementaria al poder de los jefes o caciques, el chamán es responsable del bienestar espiritual del grupo y se su equilibrio con la naturaleza, usualmente a través del contacto con lo sobrenatural.
Este último aspecto le hace vivir aparte, en un estado fronterizo, la mayor parte del tiempo. Como en los seres míticos sobrenaturales con los que está en comunicación, la dualidad caracteriza su figura. Es hombre y animal, viejo y joven, macho y hembra, humano y sobrenatural, civilizado y salvaje.

La función del chamán era normalmente hereditaria. Y los ritos de iniciación complejos y secretos. Sus intervenciones en los rituales abarcaban una amplia gama de manifestaciones: la narración de historias, el baile, el canto… Utilizaba distintos instrumentos de percusión y vestidos y máscaras especiales. 

Ana Pinel Benayas

miércoles, 15 de octubre de 2014

HISTORIA: Dos mentiras cristianas que han hecho historia

La religión cristiana es especialista en hacer mártires y victimas a sus gentes, sin tener en cuenta las masacres e inventos retorcidos, por no hablar de la vida ociosa y lujuriosa de los papas medievales, que a lo largo de toda la Historia han llevado ellos acabo.

La degollación de los inocentes.
Según un manuscrito del siglo X.
Una de las grandes inocentadas que se han hecho nunca, fue la que le gastó el evangelista Mateo al pobre rey Herodes hace más de dos mil años, el cual fue acusado de haber matado a los Santos Inocentes.
Está claro que Herodes no era un santo y que no tenía ningún escrúpulo a la hora de deshacerse de sus parientes y enemigos, como había demostrado al hacer estrangular a sus hijos Alejandro y Aristóbulo para que aprendieran a no conjurar contra su padre. Pero de ahí a matar a 14.000 niños había un trecho, pero los cristianos aprovecharon la oportunidad para decir que Herodes y los romanos, enemigos acérrimos de estos,  debido a la contrariedad que para los cristianos era tener un culto politeísta, eran muy brutos.

A parte de la masacre de Herodes todos tenemos en nuestra cabeza la imagen de Nerón tocando su lira mientras entonaba su propio poema sobre la destrucción de Roma mientas la contemplaba arder. Y la descripción que Tácito hizo sobre él como un monstruo enloquecido y ridículo que asesinó a buena parte de su familia, incluida a su propia madre. Tras el incendio Nerón, supuestamente, acusaría a los cristianos de haber provocado la catástrofe.

Imagen de la película Quo vadis?,
en la que se representa a Nerón toando la lira
mientras veía arder Roma. 

Pero no podríamos estar más alejados de la realidad, vale, puede que Nerón no estuviera del todo en sus cabales, para eso era emperador, pero no creo que le gustará ver cómo se quemaba el patio de su casa.

Desde su llegada al trono, demostró escaso aprecio por la aristocracia y los senadores, a los que hizo combatir en un anfiteatro de madera que había hecho construir en el Campo de Marte para los espectáculos de gladiadores, lo que resultaba un poco heavy para las clases privilegiadas.


Nerón que como cualquier emperador estaba interesado en el arte y sólo deseaba sentirse querido por su pueblo, ordenó repartir alimentos y dinero entre la plebe, organizó juegos y espectáculos públicos y creó instituciones culturales y deportivas. Y además, la veneración que le mostraron los romanos contradice la afirmación de que el pueblo le considerara el culpable del incendio de Roma del año 64, ocurrido durante la canícula de julio.
  
Lo cierto del incendio es que, en aquel tiempo, Roma era un conjunto de calles y casas construidas con madera y materiales de mala calidad, asique los que verdaderamente fueron culpados por el incendio fueron los pobres, ya que los pobres siempre tienen la culpa de todo. El fuego destruyó tres de los catorce barrios de la ciudad, además del templo de Júpiter en el Capitolio, varios edificios públicos y lujosas mansiones senatoriales, de modo que afectados, interesados, conspiradores y otros desocupados se dedicaron a difamar al emperador, que pasaba los días y las noches en la “zona cero” romana mientras los demás lo señalaban con el dedo.


Ana Pinel Benayas. 

sábado, 4 de octubre de 2014

COLABORACIÓN: Berserkers: ¿Bravos guerreros o psicóticos drogados?

Berserker
La palabra “berserker” se ha ido introduciendo paulatinamente en nuestro vocabulario gracias a la cultura de masas. Poco a poco, por intercesión de la literatura fantástica y sobre todo los videojuegos, hemos incorporado esta palabra en nuestro pequeño diccionario mental. Decir berserker, es estar hablando de un guerrero fiero e incansable, incapaz de sentir dolor o miedo y que se lanza al combate con una ansia de sangre fuera de toda lógica humana. La realidad no dista tanto de este concepto fantasioso de sádico guerrero. Los Berserkers, nombre que proviene del nórdico antiguo aludiendo a las pieles de osos con las que se vestían, eran una clase de guerreros de elite medievales provenientes del mundo escandinavo. Eran adoradores del dios Odín, señor supremo del panteón nórdico, y tenían el honor de ser su guardia de élite. ¿Pero qué es exactamente lo que hizo famosos a estos guerreros?

Las leyendas y las sagas nórdicas los describen como guerreros insensibles al dolor, cegador por la ira asesina, y capaces de realizar gestas imposibles para un humano corriente. Se decía que entraban en combate poseídos por un trance guerrero tan intenso, que enajenaba sus mentes hasta el mundo de combatir sin armadura, morder los escudos o incluso matar a sus propios compañeros a los que no reconocían en el fragor de la batalla. Dentro de los textos nórdicos medievales encontramos entradas referidas a ellos, como por ejemplo la hallada en el Hrafnsmál, una colección de poemas sobre el paganismo escandinavo:


“Hablaré de los berserkers, los catadores de sangre,
aquellos héroes intrépidos, ¿Cómo trataban
a los que se vadean en la batalla?
Piel de lobo les llaman.
Portan escudos sangrientos.
De puntas rojas son sus lanzas cuando marchan.
Forman un grupo apretado, cerrando filas.
El príncipe, en su sabiduría, confía en ellos,
en los que cortan los escudos enemigos.”



Otros poetas he historiadores escandinavos medievales como Snorri Sturluson también escribieron a cerca de estos guerreros legendarios. Este autor islandés nos dice en su Saga de los Ynglings:

"Sus hombres se precipitaron hacia delante sin armadura, tan locos como perros o lobos, mordiendo sus escudos, y eran tan fuertes como osos o bueyes salvajes, y mataban personas de un solo golpe, pero ni el fuego ni el hierro podían contar sobre ellos. Esto era llamado Berserkergang.”

Como podemos comprobar, con numerosas las fuentes que hablan sobre estos afamados guerreros de Odín. El folklore germánico-nórdico está repleto de alusiones a estos guerreros que persistieron hasta el siglo XII, cuando desaparecieron oficialmente. Con el paso del tiempo, los Berserkers fueron siendo marginados debido a su locura. Dentro del cristianismo se les consideraba guerreros poseídos por el diablo e incluso se les relacionaba con la licantropía. No hay que olvidar que otro de los nombres de los Berserkers era el de “ulfhednar”, piel de lobo. Por lo tanto existía toda una relación entre ellos. A partir del siglo XI, estos guerreros comenzaron a ser declarados fuera de la ley y su número fue considerablemente reducido, hasta que un siglo después habían desaparecido prácticamente por completo.

Amanita Muscaria
Aunque esa es la parte histórica de la leyenda, aún queda un punto por resolver, quizás el más interesante hasta el momento, ¿Qué era realmente lo que causaba ese estado de euforia salvaje a los Berserkers? Es en este momento en el que se abren la enorme cantidad de teorías que hay al respecto. Para algunos expertos, el estado mental del guerrero influía enormemente puesto que este podía partir de la base de poseer algún desorden mental grave; estos podían ir desde una auténtica psicosis de guerra hasta la esquizofrenia. Otros no atribuyen este estado de euforia a causas psiquiátricas, sino psicológicas; de este modo el berserker se auto induciría a un estado de trance. Por el contrario, algunos botánicos achacan el estado a la consumición de sustancias estupefacientes. Hongos alucinógenos como la amanita muscaria o plantas tóxicas como el beleño negro y la belladona –plantas que también utilizaban las brujas en el contexto de sus aquelarres para “volar” con sus escobas– podrían estar detrás de este trance guerrero.

Otras teorías más esotéricas se centran en el culto a Odín y en el totemismo como la principal fuente de su estado hipnótico. Aluden a rituales totémicos relacionados con la posesión animal donde se consumiría la sangre del lobo o del oso para que este poseyera el cuerpo del guerrero durante el combate. Esto les permitía ganar poderes sobrenaturales con los que lograban realizar los actos de fuerza y resistencia sobrehumana que son descritos en las sagas. Quizás este tipo de rituales fuesen los que servían a modo de terapia de choque psicológica gracias a la cual de despertaban posibles efectos como la histeria o a epilepsia. El psiquiatra clínico Jonathan Shay, en su libro Achilles in Vietnam, establece una curiosa comparación entre las experiencias Berserkers y los casos de estrés postraumático:

“Si un soldado sobrevive al estado de berserk, esto le produce muerte emocional y lo hace vulnerable a una rabia explosiva de su psicología y a la hiperexcitación permanente de su fisiología, características del desorden producido por el estrés postraumático en veteranos de guerra. Mi experiencia clínica con excombatientes veteranos de Vietnam me lleva a colocar el estado de berserk a la cabeza de los más graves perjuicios psicológicos y psicofisiológicos.”

Sin duda es uno de los casos históricos más interesantes, tanto para ser analizados desde un punto de vista meramente literario, como profundizando aún más en la psicología y psiquiatría históricas. Lo cierto es que los Berserkers pasaron a las leyendas como guerreros indómitos y luchadores salvajes con una fuerza sobrehumana. Inspiraban miedo a sus enemigos en el combate y conformaban una tropa de elite al servicio del dios Odín y al de los reyes escandinavos. La realidad que se esconde detrás de la leyenda de su salvajismo puede ser muy profunda y difícil de desentrañar. Quizás fieros guerreros, quizás psicóticos drogados. Y vosotros, ¿Qué pensáis sobre los Berserkers?


Eidan. R




FUENTES BIBLIOGRÁFICAS:

§  BLANEY, Benjamin. The Berserkr: His Origin and Development in Old Norse Literature, University of Colorado, 1972.
§  GRIFFITH, Paddy. Los vikingos el terror de Europa. Ariel, Madrid, 2013.
§  SHAY, Jonathan. Achilles in Vietnam. Combat trauma an the undoing carácter. Scribner, New York, 2010.
§  STURLUSON, Snorri. La Saga de los Ynglingos. Miraguano Ediciones, 2012.
§  STURLUSON, Snorri. Textos mitológicos de las Eddas. Miraguano Ediciones, 1987.


miércoles, 1 de octubre de 2014

GRANDES FAMILIAS: Los Tudor

En el presente artículo nos centraremos en una de las grandes familias de Inglaterra durante la época moderna y que han saltado a la gran pantalla. Nos referimos a los Tudor.

Rosa de la casa Tudor
El origen de los Tudor lo encontramos en la Guerra de las dos Rosas (1455-1485), denominada así porque los linajes enfrentados se identificaron con rosas: roja la de la casa Lancaster, y blanca la de la casa York. La pugna concluyó con la victoria de Enrique de Tudor, de los Tudor, sobre Ricardo III, de los Lancaster, en la batalla de Bosworth. Una vez, coronado Enrique VII, contrajo matrimonio con Isabel de York, con el fin de evitar futuras disputas.

A la muerte de Enrique VII, le sucederá en el trono su hijo Arturo, quien fallecerá y el trono será tomado por Enrique VIII.
Dicho rey es, en gran parte, conocido por sus seis matrimonios, pero hay otros hechos destacables en su vida como la ruptura con la iglesia católica romana, la unión de Inglaterra con Gales y el establecimiento del monarca como jefe supremo de la iglesia anglicana. Los temas eclesiásticos, en parte, van unidos a su matrimonio con Catalina de Aragón.
Enrique VIII
Enrique solicitó al papa Clemente VII la anualidad de su matrimonio, pues su esposa no le había dado hijos varones, y esto era considerado por el rey como una maldición. Tras esto, se casó en segundas nupcias con Ana Bolena, aunque también fue un matrimonio polémico, puesto  que esta tampoco le dio el ansiado varón al rey. Al cabo de once días de la ejecución de Ana Bolena, el rey, se casó con la católica Jane Seymour, quien finalmente le concedió el hijo deseado, el príncipe Eduardo, pero la reina falleció en el parto. Más tarde Thomas Cromwell, convenció al rey para que se casara con Ana de Cleves, pues el hermano de esta, Guillermo, era uno de los líderes de los protestantes.
Posteriormente Cromwell será ejecutado en el año 1540, por haber promovido el matrimonio con De Cleves, ya que también fue un matrimonio complicado.

A partir de entonces el soberano gobernó sin el apoyo de Cromwell, y tomó por esposa a Catalina Howard, pues su tío encabezaba el partido reaccionario, el cual, tenía mucha influencia en la corte.

Menos de un año después, se casó con Catalina Parr, hija de un oficial de la corte. Esta última reina, cuido del rey hasta su muerte e hizo de madrastra de sus hijos.

A la muerte del monarca, será su hijo, Eduardo VI, quien le suceda en el trono, aunque este tendrá una muerte temprana el 6 de julio de 1553, con 16 años de edad. Algunos consejeros aconsejaron, en el lecho de muerte, al rey, que nombrara sucesora a su sobrina nieta Jane Grey, y aunque fue coronada reina, fue despuesta por María I.

María I, más conocida como la sanguinaria, intento retornar al país al catolicismo, aboliendo las leyes que habían hecho Enrique VIII y Eduardo VI. Esto supuso la enemistad de los sectores que habían secundado el protestantismo o que tenían interese económicos en él. A este malestar, habría que añadir el descontento popular, al conocer la noticia del matrimonio de la reina con el todavía príncipe Felipe II, como le había propuesto el emperador Carlos, pues quería asegurar la restauración católica en Inglaterra.

El fin de la dinastía Tudor, llegará de la mano de Isabel I, más conocida como la “reina virgen”. Dicho apodo viene porque no tuvo descendencia. Fue hija de Enrique VIII y Ana Bolena, y sufrió diversos percances durante su vida. A pesar de esto, a su mandato se le conoce como la “era isabelina”, pues fue una época prospera y supo encarna el espíritu de su pueblo en un momento decisivo.

Aunque la época de esta dinastía estuvo cargada de múltiples enredos, bajo su mando se dio el denominado “renacimiento inglés”, donde las universidades contribuyeron a la introducción del humanismo en Inglaterra, con personalidades como Tomás Moro.


Manuel Carreira Hernández


FUENTES BIBLIOGRÁFICAS:

-TOWNSON, D., Breve historia de Inglaterra, Alianza, 2004.
-Los Tudor en el trono. Revista Clio. 2009.