sábado, 12 de julio de 2014

EN MANOS DE LO DESCONOCIDO I: La leyenda del Grial

José de Arimatea
A finales del siglo XIII se originó la leyenda que aseguraba la existencia de una de las reliquias más preciadas de la cristiandad: El Santo Grial, usado por Jesucristo en la última cena y por uno de sus discípulos llamado José de Arimatea, el cual recogió en él la sangre de Jesús en el Gólgota.
Desde entonces jamás se supo más de esta antiquísima reliquia. Hay diversos posicionamientos sobre su ubicación, además el Santo Grial ha inspirado a muchos escritores, como es el caso de Chrétien de Troyes en su libro Perceval o el cuento del Grial.

Algunos de estos posicionamientos prosiguen la leyenda de José de Arimatea. Según esta, San Felipe envió a trece de sus discípulos a Inglaterra, entre los que se encontraba José de Arimatea, quien llevaba consigo el Cáliz. José se estableció en Glastonbury o Avalon donde fundó la primera iglesia consagrada a la Virgen y en la que, según la leyenda, depositó el Grial. Tras el fallecimiento de José de Arimatea, será su cuñado, Bron, quien le suceda en el mantenimiento de dicha iglesia. Este personaje también es conocido como el Rico Pescador, ya que con la ayuda del Grial repitió el milagro de Jesucristo de dar de comer a una multitud con unos pocos peces.

Según otras versiones, el Grial estaba depositado en un castillo situado en la cima del Monte Muntsalvach o Monte de la Salvación. Un día el guardián de dicha reliquia recibió una herida en el muslo, la cual parecía incurable. Pero además de la herida, también resulto perjudicado el reino, pues no volvería a haber cosecha alguna hasta que la herida no cicatrizara. La lanza utilizada para herir al guardián del Grial, era la misma que utilizó el soldado Longinos para atravesar el costado de Jesucristo.

Los caballeros de la mesa redonda
La búsqueda del Grial es un tema frecuente en las historias de los caballeros de la mesa redonda. Dicha reliquia se había presentado a los caballeros cubierta por un velo, de modo que ninguno pudo verlo directamente. Cuando la aparición se desvaneció, todos quedaron tan prendados de aquella exótica experiencia que decidieron consagrar sus vidas a la búsqueda de la reliquia. Esta decisión de los caballeros, no fue vista con buenos ojos por parte de Arturo, pues preveía la disolución de la hermandad si todos partían en su búsqueda. Reflejo de la obra de Chrétien de Troyes.

El Santo Grial es tratado a nivel histórico y religioso, pero también presenta un ámbito filosófico pues representa la armonización de la dualidad esencial (hombre y mujer).

Otra teoría establece una dicotomía entre la iglesia pública y privada. La pública se encontraría representada por San Pedro y el Papado, mientras que la privada estaría representada por José de Arimatea y los que después de él llevarían el título del Rey Pescador. Sobre esta última iglesia se ha especulado mucho, así como sobre el legado iniciático que Cristo confió al apóstol Juan, transmitidos luego a los custodios del santo sepulcro y a los templarios, siendo este último un tema, cuanto menos, difícil. Finalmente en la actualidad, se especula sobre la identificación de María Magdalena como la mujer que porta el Grial, pues habría sido la esposa terrenal de Cristo. Después de la muerte de este, María Magdalena habría emigrado a Francia donde habría transmitido la sangre de Cristo (Francia Merovingia).

Catedral de Valencia
Actualmente se conservan varios Griales, uno de ellos se encuentra en la Catedral de Valencia. Se trata de una pieza genuina del periodo grecorromano del próximo oriente. Los análisis realizados a dicha pieza muestras que la parte superior pertenece a época medieval, del estilo de la joyería española del siglo XIV y el pie sería una copa invertida de calcedonia quizás tallada en el siglo XIII o XIV.

Pero, ¿existe verdaderamente el Grial? Lo cierto es que nunca se ha visto, solo hay leyendas al respecto y un montón de especulaciones. Pero en el caso de que existiera, lo mejor sería mantenerlo oculto, lejos del poder de los hombres, pues estos no están preparados para sostener entre sus manos un objeto que ha fascinado a la propia humanidad desde que se creyó en su existencia.

Manuel Carreira Hernández


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